El 2018 está siendo un año de bonanza para el mercado de la vivienda en España. Hasta el momento, el mejor de la actual etapa expansiva, iniciada en el 2015. Un período cuya extensión alcanzará como mínimo hasta el 2021 y que finalizará, como generalmente suele suceder, cuando el tipo de interés de referencia del BCE suba de forma considerable. En el actual ciclo, probablemente poco después de que éste alcance un nivel igual o superior al 4%.
Las mejoradas condiciones macroeconómicas y financieras (véase el artículo “Por qué aumentó el precio de la vivienda en 2017” ) hacen preveer una demanda de vivienda en el entorno de las 540.000 unidades en 2018 y en el rango 570.000-580.000 unidades en 2019”. Podemos entonces concluir que el volumen de ventas se situará un poco por encima de la media de los últimos 15 años (300.478 en 2013) y el máximo histórico (955.186 en 2006).
La vivienda usada representará más del 85% , cifra muy semejante a la del 2017, con 90,5%. Estos datos se alejan considerablemente de los 49,3% en inmuebles de segunda mano y el 50,7% en vivienda de obra nueva registrados en 2007
Esta tendencia, que se viene dando en los últimos ejercicios, es consecuencia de la prácticamente nula financiación otorgada a los promotores para adquirir suelo y al elevado stock de viviendas pendientes de venta en gran parte de las ciudades españolas.
En el 2018, las demandas de inversión y de mejora continúan teniendo un alto nivel.
La primera por la escasa retribución de los activos financieros sin riesgo, la facilidad para encontrar inquilinos, la tendencia al alza del precio del alquiler y la mayor confianza de los inversores en la futura evolución del mercado residencial.
La segunda por la mayor facilidad para encontrar un comprador para la vivienda antigua, el superior precio al que puede vender ésta y la progresiva reaparición de las hipotecas por cambio de vivienda (también denominadas puente). Dichas hipotecas permiten al adquirente realizar un magnífico negocio en un mercado alcista como el actual, pues gracias a ellas puede comprar el piso nuevo al precio antiguo y vender el anterior al de mercado.
Y por último, podemos sumar también la demanda extranjera en nuestro país. El pasado año 2017 fueron 89.000 compraventas de viviendas por parte de extranjeros residentes y no residentes en España, la cifra más alta desde 2007. Bankinter sostiene que desde 2013 se ha registrado un crecimiento de la demanda internacional superiores al 10% a pesar de la incertidumbre causada por las crisis políticas y económicas,.
En definitiva, en la mayoría de los municipios importantes, los precios y las transacciones seguirán subiendo de forma elevada. Por eso, la inversión por financiación participativa (crowdfunding inmobiliario) es un mercado a valorar para este 2018 y 2019.
Fuente: estudio de mercado de Forcadell